Es un mes de renacimiento de la vida después de los fríos meses anteriores. Los días se alargan y las luces empatan con las sombras, de ahí que la noche sea igual que el día (equinoccio).
Y las aves migradoras ya van cruzando más notoriamente nuestros campos. Se ven las primeras golondrinas comunes volando por las calles de Grajera mientras las tórtolas turcas cantan ya emparejadas. En el tejado de casa un colirrojo tizón madruga y canta a diario desde las cinco. En los campos se dejan oir los cantos territoriales de tarabillas comunes, trigueros, perdices, cogujadas comunes, alondras, calandrias y pardillos. En el soto del arroyo Seco alegran nuestros oídos chochines, carboneros comunes, pinzones vulgares, agateadores comunes y petirrojos. Incluso el tamborileo del pico picapinos despierta nuestros sentidos en las frescas mañanas.
Y las aves migradoras ya van cruzando más notoriamente nuestros campos. Se ven las primeras golondrinas comunes volando por las calles de Grajera mientras las tórtolas turcas cantan ya emparejadas. En el tejado de casa un colirrojo tizón madruga y canta a diario desde las cinco. En los campos se dejan oir los cantos territoriales de tarabillas comunes, trigueros, perdices, cogujadas comunes, alondras, calandrias y pardillos. En el soto del arroyo Seco alegran nuestros oídos chochines, carboneros comunes, pinzones vulgares, agateadores comunes y petirrojos. Incluso el tamborileo del pico picapinos despierta nuestros sentidos en las frescas mañanas.
Ya se ve también el primer milano negro y la abubilla canta en La Dehesilla. En paso, ciclea la cigüeña negra tomando altura y los bisbitas comunes se resisten a abandonar los campos.
Es tiempo de afinar el oído y observar alrededor.
Las lagartijas salen buscando el sol y alguna cae en nuestras manos para su identificación antes de dejarla de nuevo tranquila. Se trata de uan hembra de lagartija ibérica (Podarcis hispanica).
Los campos de cereales verdean brillantes creando alfombras de hojas emergentes. La sauceda, fiel al arroyo, despliega sus flores erectas atrayendo a los primeros insectos. En el piso superior, los chopos saludan con sus amentos verdeando las copas. Por la comarca, decenas de almendros se visten de flores para las abejas, abejorros y algunas mariposas. Sin embargo, en los prados y eriales todavía las flores son invisibles, como mucho, las pequeñas margaritas van asomando sus capítulos y también los dientes de león.
Pero marzo es mes revuelto y variable, con días soleados de manga corta y otros de ventisca y abrigo, como hemos podido comprobar este año. Por otro lado, en los cielos nocturnos nos despedimos de Júpiter, que nos acompañó durante varios meses regalándonos su contemplación. Orión nos sirve de referencia para encontrar a Géminis y a Tauro, en estas fechas tan brillantes.
Los cielos de Grajera son agradecidos.