Los días siguen acortándose cuando va cayendo el otoño y se prepara el duro invierno castellano. La ventaja para el observador de la Naturaleza es no tener que madrugar pues amanece a una hora bastante asequible. Bien abrigado, el sendero se hace agradable al paseante, caminando no hace frío.
La sierra de Ayllón presenta poca nieve al comenzar diciembre. Los paisajes aparecen desolados y vacíos pero siempre surge vida alrededor y el cuaderno de campo se llena de anotaciones.
Las tardes, cortas y algo tristes, se vuelven a veces muy luninosas con hervor de nubes y espectros rosados. En esta época podemos gozar de las mejores puestas de sol de todo el año. Un paseo tranquilo con aires limpios que nos inundan los pulmones de salud y bienestar.
Las escasas lluvias otoñales no han sido suficientes para hacer salir a las setas y a los seteros. En la Serrezuela vimos algunos ejemplares de seta de cardo, con sus láminas decurrentes, forma irregular y pie descentrado. También pudimos recolectar algunas setas de pie azul de tono característico. Sin embargo, no apareció ningún niscalo.en el pinar. Mala temporada para los ambiciosos de arrasar con todo y jornada apacible para el que disfruta del campo con sólo olerlo y observarlo.
Se despide el otoño y empieza un invierno drástico de frío y aguas, de navidades sombrías y de esperanzas puestas en el futuro del mundo rural.
1 comentario:
Apenas hubo setas, pero ya veo que pudiste hacer hermosas fotos.
Un abrazo.
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