miércoles, 30 de diciembre de 2009

OBSERVATORIO DE DICIEMBRE


Los días siguen acortándose cuando va cayendo el otoño y se prepara el duro invierno castellano. La ventaja para el observador de la Naturaleza es no tener que madrugar pues amanece a una hora bastante asequible. Bien abrigado, el sendero se hace agradable al paseante, caminando no hace frío.
La sierra de Ayllón presenta poca nieve al comenzar diciembre. Los paisajes aparecen desolados y vacíos pero siempre surge vida alrededor y el cuaderno de campo se llena de anotaciones.



Las tardes, cortas y algo tristes, se vuelven a veces muy luninosas con hervor de nubes y espectros rosados. En esta época podemos gozar de las mejores puestas de sol de todo el año. Un paseo tranquilo con aires limpios que nos inundan los pulmones de salud y bienestar. 


Las escasas lluvias otoñales no han sido suficientes para hacer salir a las setas y a los seteros. En la Serrezuela vimos algunos ejemplares de seta de cardo, con sus láminas decurrentes, forma irregular y pie descentrado. También pudimos recolectar algunas setas de pie azul de tono característico. Sin embargo, no apareció ningún niscalo.en el pinar. Mala temporada para los ambiciosos de arrasar con todo y jornada apacible para el que disfruta del campo con sólo olerlo y observarlo.


Se despide el otoño y empieza un invierno drástico de frío y aguas, de navidades sombrías y de esperanzas puestas en el futuro del mundo rural.



martes, 29 de diciembre de 2009

CENSANDO AVES INVERNANTES

Algunas jornadas de diciembre las hemos dedicado al censo de Aves Invernantes de España en su tercer y último año de este interesante proyecto promovido por la Sociedad Española de Ornitología.
El día 6 acompañamos a Jorge Remacha, junto con Juan Luis Galindo, en sus recorridos por las tierras de Campo de San Pedro, en una mañana gris que acabó con ligera lluvia. A destacar grupos numerosos de alondras comunes por todas partes. También milanos reales, avefrías, aguilucho pálido, buitre negro, zorzal alirrojo, lavandera blanca, cuervo, grajilla, chova piquirroja, corneja negra, entre otras especies de aves.




A mitad de mes censamos una de mis cuadrículas de 10 x 10 km. por los campos de Aldeonte, Barbolla, Olmillo y Covachuelas. Me acompañó Juan Luis Galindo en las más de cinco horas de recorridos. El paisaje dominante fue campos de cultivo con algunos retazos de sotos y monte. Alondras, cogujadas, pardillos y gorriones chillones nos acompañaron durante toda la jornada. También un alcaudón real meridional cerniéndose y la primera cigüeña blanca de la temporada.



Ya, casi terminando este 2009, recorrimos la zona de montaña de los términos de Serracín y El Muyo, hasta casi el límite con la provincia de Guadalajara. Estuvimos Jorge Remacha y yo acompañando a Juan Luis Galindo en el censo de su cuadrícula. Toda el itinerario lo hicimos bajo cero y las aves eran difíciles de detectar, destacando acentores comunes, cuervos, zorzal charlo, pardillos y escribanos soteños.



El paisaje era grandioso cerca del Collado del  Infante, con zonas de nieve y pastos de montaña, riscos y regueros de aguas cristalinas, a veces heladas.

lunes, 30 de noviembre de 2009

OBSERVATORIO DE NOVIEMBRE

Quizás haya sido uno de los meses de noviembre más suaves de los últimos años. Y es que las heladas han tardado en llegar y las nieblas, tan típicas de esta época en toda la meseta tampoco han sido habituales. El día 8 se vieron las primeras nieves sobre el macizo de Ayllón pero a los pocos días desaparecieron.



Por los campos aparecieron las primeras avefrías en bando de unos cincuenta individuos, aves que pasan el invierno entre nosotros disfrutando de un suelo menos helado del que presentan sus zonas de cria. Otros invernantes como alondras comunes, bisbitas comunes, muchos petirrojos, milanos reales, pinzones vulgares y lavanderas blancas van ocupando sus territorios. Los cereales nacientes van verdeando los paisajes agrícolas mientras que los árboles del soto siguen perdiendo sus hojas dejando entrever los ya ocráceos robles melojos del cercano monte. Los cardos son visitados por bandos cada vez más numerosos de jilgueros, a veces mezclados con pardillos y verderones. Los lúganos aún no los hemos registrado por Grajera.



A mitad de mes colaboramos en el censo de otoño que cada año se realiza en las Hoces del río Riaza y sus inmediaciones para conocer la situación de la población de buitres leonados que habitan en sus peñas y cortados. Es una actividad colectiva en la que paticipan numerosos ornitólogos venidos de toda las regiones.
En estos últimos años se viene constatando una disminución en el número de buitres debido, posiblemente, a la falta de alimento provocada por la normativa que limita la eliminación de cadáveres de ganado en el campo.






En el embalse de Linares del Arroyo ya se ven diversas especies de anátidas como cucharas, cercetas comunes, ánades reales y limícolas como agachadizas, andarríos grandes y algún correlimos común. Garzas reales y cormoranes también son ahora habituales en el embalse.




Los días se van acortando y las noches se alargan. Jornadas cortas de campo y tardes amplias frente a la chimenea. Tiempo para la lectura y para repasar los cuadernos de campo.


jueves, 5 de noviembre de 2009

OTOÑO EN EL ABEDULAR DE SOMOSIERRA

A escasos 20 minutos en coche desde Grajera se llega a Somosierra, ya en la Comunidad de Madrid. Esta pequeña población, situada en el mismo puerto y sierra a los que da nombre, también es conocida por muchos naturalistas porque en su término municipal esconde uno de los bosquetes más interesantes del Sistema Central: el abedular de Somosierra.





Se trata de un bosque relicto de abedul (Betula pendula subsp. fontqueri), especie más norteña de climas más fríos y húmedos y que en la actualidad se encuentra refugiado en las montañas de buena parte de la Península Ibérica testigo de otras épocas. Aquí crece entre robles melojos, serbales, acebos, avellanos y mostajos, aguantando las condiciones ambientales cada vez más desfavorables para la especie, con estaciones más suaves y secas.
En otoño, cualquier bosque caducifolio ofrece al paseante postales de ocres, rojos y amarillos y en Somosierra, en esta dehesa de abedules donde los ganaderos dejan pastar sus vacas, el paisaje se vuelve grandioso. No nos quisimos perder el momento y decidimos hacer una visita a primeros de noviembre.




Iniciamos la ruta y enseguida las sombras claras del bosque medio desnudo nos cubrieron. El suelo del camino era un crujir de hojas de difererntes formas y tamaños, pero también de colores. Otras hojas iban cayendo en una lluvia continua de fibra vegetal, abono nuevo para un viejo bosque bien aprovechado por los paisanos del lugar. Pocas aves detectamos, sólo un arrendajo y algunos mitos y agateadores, que emitían sus reclamos entre ramas y troncos.






Llegamos a la fuente de Fuentefría, de aguas limpias y reparadoras para la sed del caminante. En los rincones del bosque crecían, tímidas, algunas setas, en espera de una mayor humedad que este otoño no parece querer ofrecer. Una gran Amanita muscaria, la típica seta de los enanitos, nos salió al paso con su rojo intenso y sus pintas blancas. Cerca, el rumor de un arroyo de montaña componía una estampa de pintor.




Regresamos un par de horas después, habiendo disfrutado de una mañana de luces y contrastes, de paz arbolada y de deseos de futuro para este interesante abedular.

sábado, 31 de octubre de 2009

OBSERVATORIO DE OCTUBRE



Siguiendo con la tónica del verano, octubre se ha presentado soleado, cálido y bastante seco. Las cogujadas comunes se vuelven a ver cantando desde el cielo. En el suelo, en los bandos de estorninos negros ya se ven los más norteños estorninos pintos que desde lejos "cantan pálidos". Los cardos corredores ya completamente secos se preparan para desprenderse y rodar soltando sus pequeñas semillas a la más mínima ventolera. Aparecen por los campos las primeras alondras comunes y bisbitas pratenses invernantes, que pasarán en nuestras tierras algunos meses, encontrando suficiente alimento para sobrevivir lejos de sus territorios de origen aún más fríos y escasos de comida. Los majuelos ofrecen sus llamativos frutillos entre hojas multicolores.




Sin embargo, la chopera del arroyo Seco sigue más verde que amarilla. La otoñada parece retrasarse pero los caminos nos llaman para ser testigos de cada cambio en el paisaje.
Después de las pocas lluvias las hormigan hacen alarde de alas. Salen de sus hormigueron elevándose por cientos en frenéticos vuelos nupciales. Después de ser fecundadas, las hembras se desprenderán de sus alas y fundarán una nueva colonia en el primer agujero libre que encuentren.




Varias especies de aves aprovechan este regalo alimentario estacional y se lanzan desde cualquier oteadero, con gula cazadora, dispuestas a darse un festín con sabor un tanto ácido. Hemos visto aprovechar este recurso a estorninos negros, gorriones comunes, lavandera blanca, colirrojo tizón, cogujada comun, gorrión  molinero y hasta carbonero común.



                                                      Hormigas en cópula.

En las rastojeras pastan los rebaños de ovejas y sus excrementos sirven de útil abono para la tierra, que será en poco tiempo arada y semillada para la próxima temporada. Tierras de melojos roturados cuyo suelo rico en nutrientes lleva siglos dando de comer a tantas bocas. Ahora, con la agricultura intensiva se fuerza la producción abonando y rociando de herbicidas y pesticidas los campos durante todo el año.



Es buena época para salir con la bici, sin calor, temperatura agradable y muchas ganas de seguir aprendiendo de ese libro abierto que es la Naturaleza. Grajera ofrece numerosos caminos y vías pecuarias que recorren sus campos y montes.




sábado, 3 de octubre de 2009

DIA MUNDIAL DE LAS AVES 2009 EN GRAJERA


El sábado 3 de octubre celebramos en Grajera (Segovia), una nueva edición del Día Mundial de la Aves que coordina en España SEO/BirdLife.

El objetivo de este evento es acercar las aves al público en general, mostrarles su riqueza y belleza, pero también los problemas de conservación que sufren las poblaciones de muchas especies y los hábitats donde viven.



Hubo un variado programa de actividades gratuitas en las que participaron unas ciento veinte personas, grandes y pequeños, de Grajera y forasteros, habitantes de fin de semana que viene a disfrutar del mundo rural y otros que llegaron directamente a celebrar con nosotros la fiesta de las Aves:




*Recorridos ornitológicos.



*Anillamiento científico de aves.




*Talleres infantiles.




*Charlas

*Punto de información.



El día fue magnífico y los niños, sobretodo, apendieron mucho y se lo pasaron fenomenal.



MIRA AL FINAL DEL BLOG EL VIDEO DE LA CAMPAÑA 2009: BORN TO TRAVEL

miércoles, 30 de septiembre de 2009

OBSERVATORIO DE SEPTIEMBRE


Lavandera boyera

Se despide el verano y entra con lluvias el otoño. Los días se van acortando. Tiempo de frutos y frutas, de semillas y esperanzas. Siguen en migración mosquiteros musicales, tarabillas norteñas, lavanderas boyeras, papamoscas cerrojillos y collalbas grises. Sin embargo, los trigueros, aves muy comunes y cantarinas, después de criar han desaparecido.



En mi paseo matinal, esta vez en bicicleta, descubro en una rastrojera siete avutardas. Es la primera vez que la detectamos aquí, aunque por la comarca llevan un tiempo apareciendo de vez en cuando. Se trata, al parecer, de machos de las poblaciones madrileñas que al acabar el período reproductor vienen a veranear a los campos segoviano y sorianos. A mitad de octubre vuelven hacia el sur pero a Toledo o Guadalajara, unos desplazamientos interesantes de estas voluminosas aves.


Avutardas en las rastrojeras cerca de la carretera


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Avutarda macho. (c) Foto Jorge Remacha

Varios corzos se ocultan en el robledal. No es difícil encontar a estos mamíferos por los campos y montes de Grajera, a poco que se pasee con ojos abiertos y pasos callados. Sus territorios son de poca extensión, mucha veces sólo un km. cuadrado, permaneciendo siempre alertas y escondidos en la vegetación. Sólo salen a comer a los claros y con mucho sigilo. Son un regalo para la observación naturalista que los niños agradecen más que los mayores y su imagen se les queda bien grabada.


Corzo   (c) Foto Jorge Remacha

Los aviones comunes forman un bando de un centenar de individuos, antes de desaparecer en los días siguientes hasta la próxima temporada. En estos primeros días de otoño las aves comienzan de nuevo a animarse y algunas ya se han puesto a cantar como los estorninos negros y colirrojos tizones desde las antenas y tejados de Grajera. Las nubes y un ambiente más fresco hacen sentirse en una segunda primavera.


martes, 8 de septiembre de 2009

DISPERSARSE Y VIVIR

Con los calores del verano andan muchas plantas preparando su continuidad en el tiempo, pensando en el futuro que viene, luchando para que todo el sacrificio de sacar flores y frutos no caigan en saco roto. Todas ellas han desarrollado estrategias para que sus herederos salgan adelante.



















En los eriales y bordes de caminos ya están los cardos lanzando al viento sus delicados vilanos, tan livianos que se deshacen casi al tocarlos. Dentro, arropada, duerme la pequeña semilla que un buen día sacará planta para seguir con el ciclo de la vida. Los jilgueros (Carduelis carduelis), con apropiado nombre científico, se aprovecharán de la abundante cosecha sacando de las cabezas florales aquellas semillas más escondidas con las que se alimentarán durante todo el invierno.





Los cardos corredores (Eryngium campestre), que son umbelíferas espinosas, también se servirán del viento otoñal. Una vez que la planta se seque, se desprenderá por entero del suelo y rodará mientras va soltando sus pequeñas semillas por todo el campo.



Muchas otras plantas dependen de los animales para dispersar sus semillas. En los baldíos y campos cosechados crecen al final del verano cientos de pequeñas matas espinosas que se cargan de unos frutos de un centímetro de largo y repletos de ganchos. Cuando un animal peludo pasa por su vera, se llevará de regalo el fruto de esta planta que llaman rascamoños, pegotes o cachurrera (Xanthium spinosum). Después se caerá en otro lugar y la dispersión se habrá producido. Alguien descubrió las aplicaciones de este invento y lo patentó como Velcro.

   

La familia de las Rosáceas, sin embargo, recurren a otra estrategia. Se trata de desarrollar frutos jugosos y apetecibles para un gran número de aves y también de mamíferos. Cuando mirlos, currucas, zorzales, petirrojos o incluso zorros se ponen morados de moras, majuelas, endrinas o escaramujos, lo que consiguen los arbustos es que sus semillas viajen por el tubo digestivo de los golosos animales, superen sus jugos gástricos y posteriormente salgan defecadas en otro lejano lugar. Para que estos frutillos sean irresistibles, muchos son de llamativos colores rojos, anaranjados, azulados o negros que destacan sobre la planta.


Majuelo (Crataegus monogyna)



Zarzamora (Rubus sp.)



Escaramujo, Rosal silvestre (Rosa sp.)





Endrino (Prunus spinosa)

Los humanos hemos aprovechado también estos tipos de frutos, los hemos seleccionado y se han conseguido una variedad enorme de manzanas, ciruelas, peras o cerezas. Sus semillas, en cambio, acaban en el cubo de la basura.

domingo, 30 de agosto de 2009

OBSERVATORIO DE AGOSTO


Calor y más calor. Así podemos definir cómo ha sido este veraniego mes. Algunos chubascos sí que descargaron dando de beber a los sedientos campos y montes. Poca agua para tanta tierra.
En el borde de la acera que hay delante de casa ha aparecido una matita de verdolaga (Portulaca oleracea). Al final de sus tallos de hojas carnosas se dejan ver sus pequeñas flores amarillas que se cierran cuando ya no pueden más de calor, para abrirse de nuevo a la mañana siguiente.


En agosto todo se para. La vida se ralentiza. Un alimoche adulto y solitario ciclea en la zona de El Palomar. No suele verse, pero el hambre mueve a los buitres del Duratón y del Riaza. Más fácil de observar son los buitres leonados y algún que otro buitre negro.
Los trigueros se mueven en grupos familiares por los labrantíos. Muchos volantones, asomándose a la vida, son aprovechados por los veloces alcotanes para llevar presas fáciles a su tardío nido.



Ahora más que nunca apetecen los paseos nocturnos por caminos y cañadas, bajo la luz de la luna o de las estrellas. La experiencia no se olvida. El triángulo de verano que forman las estrellas Vega (Lyra), Altair (Aquila) y Deneb (Cygnus) iluminan la cúpula celeste y nos sirve de referencia para avanzar más en el conocimiento del Universo. Sobre el dia 10 (San Lorenzo) el espectáculo de la lluvia de estrellas convoca a muchos aficionados a la astronomía. Este año, especial por cumplirse los 400 años desde que Galileo mirara al oscuro cielo con un telescopio, ha servido de aliciente para programar muchas actividades nocturnas.


(c) Foto Ernesto Sánchez-Cabezudo

A finales de agosto los cardos corredores empiezan a amarillear y en sus territorios aparecen las primeras quitameriendas (Merendera montana). Se trata de pequeñas plantas bulbosas que en esta época  del año asoman sus delicadas flores rosadas-azuladas indicándonos que el verano empieza ya a terminarse, con sus tardes más cortas y frescas que nos quitan las ganas de merendar en el campo.

 

Muchos pueblos se engalanan es estas fechas para celebrar sus fiestas patronales. Grajera vive San Vítores y las gentes participan en verbenas y actividades diversas. Agosto son vacaciones.

Y comienza el paso migratorio de las aves transaharianas. Se oyen los primeros reclamos de Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), pájaro que en estas fechas se pueden ver en cualquier sitio arbolado. Desde sus atalayas en las ramas de árboles se lanzan detrás de los numerosas dípteros que ahora dominan el aire.

 


lunes, 10 de agosto de 2009

EL SILENCIO DE LOS VENCEJOS



Los vencejos son aves vistas y no vistas. Apenas podemos fijarnos en sus cuerpos cuando pasan por encima de nuestras cabezas como rayos negros chirriantes. Forman bandos numerosos que se persiguen llenando de alegría calles y ciudades. No se posan en los árboles ni en el suelo. Son máquinas voladoras que sólo tocan algo sólido cuando están en el nido bajo una teja o en la grieta de una pared. Y es que realmente no son pájaros (paseriformes) como las golondrinas o los aviones, sino que pertenecen a un orden de aves emparentado con los colibríes americanos. (apodiformes). Sus patas son tan reducidas que apenas son un puñado de dedos con garras. Su nombre científico Apus significa eso: sin patas.



Su vida es el aire: comen, duermen y al parecer copulan también en el aire. Son auténticas barredoras de los cielos, atrapando cientos de insectos en continuas pasadas. Su color negro atrae los rayos del sol y ayuda a calentar sus cuerpos en continua corriente. Su nicho ecológico se encuentra en las alturas, por encima de aviones y golondrinas con los que comparte el plancton aéreo. Aprovechan las corrientes térmicas que elevan muchos insectos hacia arriba donde son capturarados sin dificultad.



Los vencejos comunes (Apus apus) vienen todos los años desde África a finales del mes de abril y permanecen sólamente tres meses antes de regresar a las selvas tropicales donde pasan el invierno. Por eso, a finales de julio van desapareciendo de las calles, plazas y avenidas de nuestros pueblos y ciudades. Coinciden en su partida con las operaciones salida de las vacaciones de agosto y por eso la percepción de las ciudades vacías y calladas se acentúa también por la ausencia de nuestros vecinos los vencejos. En Grajera, sin embargo, no han criado, pero se han visto habitualmente en pequeños grupos alimentandose por encima de la iglesia.