domingo, 31 de mayo de 2009

OBSERVATORIO DE MAYO

Campos de Grajera
Los campos verdes se han vuelto algo más amarillos y es que ha sido un mes de mayo bastante seco. Las últimas aves migradoras llegaron a sus zonas de cría. Ya se escucha en el soto el canto de la oropéndola ("mucho frío" parece que dice). Sus colores amarillos los machos y más verdosos las hembras, se confunden entre las hojas altas de los chopos. La tórtola común que es menos común que la turca, emite su canto en la arboleda y anuncia los primeros calores. Por desgracia, sus poblaciones se van reduciendo a la vez que desaparecen linderos de campos y caminos donde se alimenta.
Nido de avión común.

Los vencejos abrileros no los vimos hasta mayo en Grajera pero en pequeño número, varias observaciones de dos individuos alimentándose del plancton aéreo y sólo una observación de cuatro aves. No creo que lleguen a criar. Sus compañeros de vuelos, aunque no parientes, los aviones comunes, se afanan en construir nuevos nidos en las casas de reciente construcción, dejando el ayuntamiento despoblado. Aunque estas dos especies comparten cielo y comida, pertenecen a dos mundos alados diferentes: los vencejos se incluyen en el mismo orden que los colibríes americanos, no se posan nunca en el suelo y duermen volando. Sin embargo los aviones comunes son de la misma familia que las simpáticas golondrinas.
Los estorninos negros no paran de cebar a sus polluelos yendo y viniendo de los campos. Las tórtolas turcas, también abundantes, instalan sus nidos en cualquier sitio a cubierto aprovechando los porches y balcones con vigas de madera. Los mosquiteros papialbos también llegados de África subsahariana, lanzan al aire sus notas ametrallantes en el soto y en el robledal de la Dehesilla.
Sobrevolando los taludes terrosos ya se ven los abejarucos, aves de intensos colores que se descubren antes que verse por sus notas zumbantes. Por la noche cantan las ranitas de San Antón y los autillos. Los murciélagos baten el cielo en busca de insectos.
Abejaruco. (c) Jorge Remacha.

A mitad de mayo empiezan a despertar los robles melojos (Quercus pyrenaica) echando las nuevas hojas que impregnan el paisaje con un matiz verdoso claro muy característico. En dos semanas ya estarán en plena actividad. Nos indican que las heladas ya se han terminado.
Ahora los campos están en ebullición. Los cereales granando, las choperas soltando miles de pelusas (que no son polen sino estructuras de dispensión de sus semillas) y muchas plantas de flores coloreadas atrayendo a los insectos para ser polinizadas. Pero es el polen de las flores menos visibles y que se propaga con el viento el que nos produce alergias y estornudos.
Flores de majuelo o espino albar

Es época de paseos largos y templados, andando, en bici o incluso a caballo. Aquí en Grajera todo es posible. Multitud de caminos, senderos, cañadas y cordeles invitan a salir. Los días van creciendo y cunden mucho. Mientras, la sierra de Ayllón va perdiendo sus últimos neveros.
La Sierra de Ayllón .

MARGINADAS

Hablar de primavera es hablar también de campos de cereales verdes mecidos por el viento y campos teñidos por el rojo de las amapolas que alegran la vista. Pero esa imagen impresa en nuestros recuerdos poco a poco se ha ido perdiendo. Estoy seguro que muchos niños no conocerán nunca las amapolas. Estas humildes plantas tienen flores de cuatro pétalos que se abren y nos observan con mirada escarlata y mueren en un día.
Crecen entre los cultivos y las llaman malas hierbas y es por ello que en la agricultura intensiva actual la controlan y combaten con potentes herbicidas, dejándolas marginadas a los bordes de los campos. Sólo en barbechos y en tierras abandonadas consiguen sobreponerse y se coronan como reinas por un día. También consiguen sobrevivir en los campos de veza, leguminosa usada como forraje y en cuyos campos no se usan herbicidas. La amapola se ha usado como planta medicinal en el tratamiento de la tos de niños y ancianos. Forma parte de las cuatro flores pectorales junto con la malva, pie de gato y tusilago. Una tisana caliente preparada con estas flores se utilizaba contra los catarros pulmonares, bronquitis y la tos.