jueves, 25 de junio de 2009

ANILLAMIENTO DE AVES

Uno de los aspectos más interesantes para los estudiosos de las aves es el de la migración. Cada año millones de aves se desplazan desde sus lugares de cría o nacimiento hasta los llamados cuarteles de invernada en busca de una condiciones aptas para su supervivencia.
El fenómeno migratorio ha asombrado a las gentes de los pueblos y campos desde la antigüedad. En tiempos de Aristóteles creían que las golondrinas, pasado el verano, se metían en el barro hasta la primavera siguiente. Otra historia contaba que el cuco se transformaba en gavilán.


Se estima que unas cinco mil millones de aves de 200 especies vuelan desde el continente europeo hasta África tropical y meridional, atravesando el desierto del Sahara, donde pasarán el invierno (migrantes transaharianos). Es el caso de golondrinas, cigüeñas, cucos, abubillas, currucas, ruiseñores... Otras especies realizan una migración más corta desde el norte de Europa hasta los países mediterráneos. Son los invernantes mediterráneos: petirrojos, zorzales, lúganos, pinzones, muchas anátidas.... En la primavera siguiente volverán a sus zonas de nidificación para iniciar una nueva temporada de cría.


Para estudiar la migración de las aves y otros muchos aspectos de su biología, se han utilizado diferentes metodologías, pero es el anillamiento científico el que más datos aporta. Se trata de colocar en la pata del ave una anilla metálica con una numeración y un remite nacional único que permite individualizar al animal y conocer el lugar y la fecha donde fue anillado y en su caso recuperado o controlado. Gracias a esta técnica se han ido conociendo las rutas migratorias de las diferentes especies, cúanto tardan en sus desplazamientos, su longevidad, metabolismo, etc.

Para capturar las aves, se utilizan unas redes especiales de hilo fino de nylon que sólamente pueden ser usadas por los anilladores autorizados que cuentan con permisos de las distintas comunidades autónomas. Después se identifica al ave con ayuda de libros y guías de campo y se le coloca la anilla numerada. Se toma la medida de la longitud del ala y de la tercera primaria (plumas de vuelo), se le mide el tarso de la pata y finalmente, después de pesarla, se libera. Estas operaciones no suponen para el ave, prácticamente, ningún riesgo y entre la captura y la liberación no transcurre mucho tiempo.




En España se han superado ya los seis millones de anillamientos en medio siglo de actividad de la Sociedad Española de Ornitología, entidad que ha desarrollado la mayor parte de los marcajes. Cada año 600 anilladores del Centro de Migración de la SEO anillan más de 350.000 aves obteniéndose más de 10.000 recuperaciones que han permitido que las aves sean el grupo de animales mejor conocido.


Cerca de Grajera, colaboramos con nuestro amigo y ornitólogo Jorge Remacha, quien lleva doce años anillando aves dentro del programa PASER (Plan de Anillamiento Para el Seguimiento de Especies Reproductoras), siendo la única estación de anillamiento del Nordeste de Segovia. En estos años ha realizado más de 3.500 anillamientos o controles obteniendo algunos interesantes datos. Es el caso de un pequeño pájaro de 8 gramos que fue anillado y después recuperado, pasados siete años, en la misma zona. Se trata de un ejemplar de Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) que ha viajado a África y regresado cada año, atravesando en este tiempo 14 veces el desierto del Sáhara. Eso es viajar.

6 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Cuanto me alegro Fernando de que pro fin "reparases" esta entrada que lleva tiempo anunciada pero se había quedado sin publicar.
Que un pajarín así vuelva año tras año por el mismo camino hasta el extremo de ser recapturado en una red suituada en el mismo lugar y fecha siete años después suena a verdadero milagro.
¡Y yo que me pierdo en una carretera!
Ese es el gran valor de los datos, aparentemente humildes, de los cuadernos de campo siempre tomados siempre en el mismo sitio.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Lo mismo digo, Fernando, que nos tenías intrigados aguardando a ver cuándo aparecía esta entrada.

¿Será una estrategia para hacernos caer en tu red de anillamiento?

Pues, sí. Hemos caído. Y espero volver a caer todas las veces que nos pongas una entrada en la red (o Internet, que le llaman).

PD: interesante entrada y bonitas fotos.

Fernando Avila dijo...

Hola Jesús y Javier:

Pues sí, habeis caído en mis redes, pero no os anillaré sino que os dejaré volar enseguida para que sigais divulgando estas actividades científicas que, como muchas veces pasa, son poco comprendidas, pero que al final sirven para explicar interesantes fenómenos de la Naturaleza.
Gracias al esfuerzo de cientos de anilladores se conocen mejor las rutas migratorias de las aves.
¿Qué pasó con la gripe aviar? Enseguida los gobiernos pidieron ayuda a las sociedades ornitológicas para averiguar las posibles vías de entrada del virus
en los diferentes países.
La ciencia siempre se ve como algo lejano y discreto. Hay que dar a conocer la importancia de la investigación y la labor que realizan muchas personas y, como en el caso del anillamiento de aves, de manera desinteresada pero entusiasta.

Un abrazo,

Fernando

ANZAGA dijo...

Según mi poca experiencia en el asunto. Sólo puedo decir, que he asistido a jornadas de anillamiento, supuestamente por profesionales, y siempre ha ocurrido algo que ha hecho que muriera o se lesionara gravemente algún ave...

Poco queda por descubrir de las rutas migratorias de petirrojos, papamoscas y mucho menos de los mirlos…

Por otro lado no me resulta nada atractivo encontrarme cada vez que salgo al campo aves con "su anilla de matrimonio", algunas de ellas de colores y tamaños excesivamente grandes, me da la sensación que estamos haciendo de todo un gran zoo y que todo el mundo se quiere meter a cuidador/científico.

He participado en proyectos de la SEO, para estudiar distintos aspectos de las aves. Y sí puedo afirmar que muchos de los métodos llamados científicos dejan mucho que desear...

Sólo es una opinión. Con todos los respetos. Saludos.

Fernando Avila dijo...

Hola Anzaga:

Gracias por tus opiniones. Debo decirte que somos Homo sapiens por nuestra curiosidad y por las ganas de aprender de nuestro entorno. Detrás de cada descubrimiento científico hay muchos años de dedicación y esfuerzo.
En el caso de las aves, el anillamiento proporciona muchos datos y, como dije, no sólo de sus rutas migratorias. Accidentes pueden ocurrir, pero son mínimos y la inmensa mayoría de los anilladores tienen una cualificación probada después de muchas jornadas de trabajo.
Las anillas de colores se colocan en grandes aves, cuando son pollos, y sirven para estudiar sus movimientos desde lejos con la ayuda de telescopios, ya que no es probable que sean capturadas con una red. Se usan sobretodo en rapaces, gaviotas y cigüeñas.
Conociendo más a las aves se pueden tomar medidas de protección más eficaces de sus poblaciones y de sus hábitats.

Un saludo,

Fernando

Anónimo dijo...

Hola bloguer@s, solo quiero que sepais que yo tengo otro blog con información sobre pajaros, si a alguien le interesa este es: http://pajaralba.blogspot.com

ENORABUENA FERNANDO, POR HABER CREADO ESTE BLOG.