sábado, 31 de octubre de 2009

OBSERVATORIO DE OCTUBRE



Siguiendo con la tónica del verano, octubre se ha presentado soleado, cálido y bastante seco. Las cogujadas comunes se vuelven a ver cantando desde el cielo. En el suelo, en los bandos de estorninos negros ya se ven los más norteños estorninos pintos que desde lejos "cantan pálidos". Los cardos corredores ya completamente secos se preparan para desprenderse y rodar soltando sus pequeñas semillas a la más mínima ventolera. Aparecen por los campos las primeras alondras comunes y bisbitas pratenses invernantes, que pasarán en nuestras tierras algunos meses, encontrando suficiente alimento para sobrevivir lejos de sus territorios de origen aún más fríos y escasos de comida. Los majuelos ofrecen sus llamativos frutillos entre hojas multicolores.




Sin embargo, la chopera del arroyo Seco sigue más verde que amarilla. La otoñada parece retrasarse pero los caminos nos llaman para ser testigos de cada cambio en el paisaje.
Después de las pocas lluvias las hormigan hacen alarde de alas. Salen de sus hormigueron elevándose por cientos en frenéticos vuelos nupciales. Después de ser fecundadas, las hembras se desprenderán de sus alas y fundarán una nueva colonia en el primer agujero libre que encuentren.




Varias especies de aves aprovechan este regalo alimentario estacional y se lanzan desde cualquier oteadero, con gula cazadora, dispuestas a darse un festín con sabor un tanto ácido. Hemos visto aprovechar este recurso a estorninos negros, gorriones comunes, lavandera blanca, colirrojo tizón, cogujada comun, gorrión  molinero y hasta carbonero común.



                                                      Hormigas en cópula.

En las rastojeras pastan los rebaños de ovejas y sus excrementos sirven de útil abono para la tierra, que será en poco tiempo arada y semillada para la próxima temporada. Tierras de melojos roturados cuyo suelo rico en nutrientes lleva siglos dando de comer a tantas bocas. Ahora, con la agricultura intensiva se fuerza la producción abonando y rociando de herbicidas y pesticidas los campos durante todo el año.



Es buena época para salir con la bici, sin calor, temperatura agradable y muchas ganas de seguir aprendiendo de ese libro abierto que es la Naturaleza. Grajera ofrece numerosos caminos y vías pecuarias que recorren sus campos y montes.




2 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Hola Fernando,
El año pasado, creo que por estas fechas, había un estornino que "cantaba pálido", como tú dices, en un cable de teléfono cerca de Grajera. Recuerdo que lo comentamos y ahora veo confirmado que seguramente se trataba de un pinto.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Me ha llamado poderosamente la atención esa imagen de hormigas copulando sobre un cardo corredor...antes de echar a correr (supongo).

Abrazos.